La postura de hoy parecerá demasiado típica en comparación a otras de las que hemos hablado, como La nota X o El Mono. Sin embargo, aunque puede parecer una postura muy fácil, el 69 tiene sus complicaciones y se puede hacer de varias maneras, así que hoy vamos a acabar de aclarar cosas de este clásico del Kamasutra. Porque como dijo Raymond Queneau, uno más uno son 69.
La postura en sí es bastante sencilla de realizar: los amantes se deben colocar uno encima del otro en una superficie lisa, ubicando la cara frente a los genitales de la pareja, pudiendo practicar sexo oral y recibirlo de manera simultánea. El nombre 69 describe la postura de manera gráfica, puesto que el 6 y el 9 se dibujan igual, pero al revés.
Con esta postura, además, ambos participantes pueden aprovechar para llevar a cabo juegos masturbatorios y explorar la zona perineal y anal de su pareja, ejerciendo y recibiendo múltiples estímulos para alcanzar el clímax y experimentar muchas sensaciones a la vez. El 69 es una posición bastante cómoda y por tanto puede tener una duración mayor. De todas maneras, siempre hay que ir poco a poco, experimentando con la otra persona, puesto que cada persona es diferente y tenéis que encontrar la posición y la velocidad adecuadas para cada situación.
Pero, como os decimos, esta no es la única manera de practicar el 69. Hay múltiples variantes de realizarlo, como por ejemplo colocarse “a la francesa”, que significa colocarse en la posición, pero de manera horizontal. Con ello se consigue una igualdad de movimientos para ambos integrantes, puesto que el que está encima siempre tiene más libertad y control que el otro.
Y… ¿qué pasa con los más atrevidos? Para ellos, el 69 ya está muy visto y quieren emociones más fuertes. Nosotros os ofrecemos una alternativa bastante acrobática: El 69 de pie. Aunque pueda parecer que esto solo es cosa de profesionales en películas porno, nosotros confiamos en que con un poco de práctica y agilidad podréis conseguirlo. Básicamente consiste en que uno de los dos esté de pie y coja en volandas al otro, que estará boca abajo. Tiene que tener mucha fuerza en los brazos para aguantarlo por las caderas o el culo, y el otro debe agarrarse con las piernas al cuello del primero, y practicar la postura desde ahí.
Sea como sea, el 69 es una postura que no puede faltar en vuestra vida sexual, puesto que es muy divertida de realizar, bastante igualitaria, y permite un contacto físico completo con el otro, disfrutando del calor de los cuerpos frotándose en el vaivén de sensaciones.