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¡Menos smartphone y más sexo!

Por todos es sabido que las nuevas tecnologías han revolucionado nuestras vidas transformando por completo nuestra cotidianidad. El uso que hacemos de ellas es constante y casi inevitable hoy en día: en el trabajo, en la intimidad, al consumir productos audiovisuales, al comunicarnos con nuestras amistades, etc. Sin embargo, conscientes de ello, cada vez más personas se cuestionan estos hábitos que hemos ido introduciendo en los últimos años. ¿Le prestamos más atención a la pantalla del móvil que a nuestra pareja?

Cómo afectan nuestra vida sexual

Los smartphones nos conectan con un mundo abstracto de información y nos desconectan de la experiencia real inmediata. ¿Cuántas personas usan el móvil hasta en la cama al acostarse? Al hacerlo, dejan de prestarle atención a su alrededor y fijan sus sentidos en la pantalla.

La revista Fast Company expone que el 40% de los adultos dice que tiene menos probabilidades de instigar a su pareja a tener sexo cuando esta utiliza su smartphone en la cama y 41% manifestó que ambos suelen utilizar sus smartphones en la cama poniendo atención a sus pantallas y no a su pareja.

Otro estudio revela que 71% de las personas en Estados Unidos duermen con o cerca de su teléfono móvil, incluyendo el 3% que duerme con el teléfono literalmente en la mano; 13% lo mantiene en la cama y 55% en su mesa de noche. Asimismo, 35% confesó que lo primero que hace por la mañana es ver su teléfono, con lo que se podría reducir la posibilidad de sexo matutino. Podemos relacionar estas cifras con los cada vez más estudios que consideran que los actuales jóvenes están teniendo menos sexo que las generaciones anteriores.

El smartphone más allá de la cama

No se trata solo del momento en el que la pareja se encuentra en la cama. Aunque las nuevas tecnologías nos dan herramientas para comunicarnos a distancia, y nos permiten conectar de formas nuevas como por ejemplo con el Sexting, a lo largo del día, el uso del smartphone puede desconectarnos de la persona que tenemos al lado. Por ejemplo, al salir de paseo o estar de vacaciones, no tiene nada que ver estar frente a un bonito paisaje y contemplarlo junto a tu pareja, en silencio o conversando, que estar tomando fotografías y publicándolas al instante en redes sociales. La química y la complicidad que vamos experimentando en cada vivencia será clave para ir alimentando el deseo sexual, no es una actividad aislada.

Para muestra, un experimento

Durex ha realizado un experimento social en el que lo ejemplifica perfectamente. Invitó a varias parejas de vacaciones, a algunas confiscándoles sus aparatos tecnológicos. Mientras que al principio aquellas parejas que no les permitían tener el smartphone se sintieron desafortunadas, al acabar la experiencia sus conclusiones fueron totalmente positivas. Hubo más conexión entre ellas, más conversación, más pasión y disfrutaron del ‘aquí y ahora’.

Si con toda esta información os habéis sentido identificados, es hora de pasar al siguiente nivel… ¿Os atrevéis a hacer el experimento?