Dirty Talk

Dirty Talk, la excitación que entra por el oído

Como ya os hemos explicado en más de una ocasión, la atracción sexual y el erotismo no se encuentra en los genitales, sino que se genera en el cerebro. El cuerpo no solo se excita mediante estímulos táctiles como podrían ser una caricia o una felación, sino que debemos emplear todos los sentidos para disfrutar al máximo nuestra sexualidad. De la misma manera que somos capaces de excitarnos sexualmente mediante el olor, también podemos excitarnos manteniendo una conversación subida de tono. ¡Y eso es justo de lo que venimos a hablar hoy! Sigue leyendo para saber qué es el dirty talk y por qué deberías incluirlo en tus relaciones.

El placer también entra por el oído

El poder de la palabra es sublime. Todo aquello que decimos y, sobre todo, la manera que tenemos de decirlo, puede influir mucho en nuestros sentimientos. Incluso durante las relaciones sexuales. Tanto en los preliminares como si ya hemos entrado en faena, aquello que le decimos a nuestra pareja puede multiplicar el deseo sexual y la excitación, de la misma manera que puede cortarnos el rollo completamente y dejarnos con menos libido que una piedra.

Utilizar el dirty talk o «lenguaje sucio» durante las relaciones sexuales también puede causar estos dos efectos. Por este motivo, es importante saber qué palabras excitan a nuestra pareja y cuáles no. La comunicación previa (o durante) es clave para tener éxito con esta práctica. Una buena manera de empezar es durante los preliminares. Puedes preguntarle a tu pareja si quiere que le digas cosas sucias e ir probando el tono, y comprobar cómo de cómodos os sentís con cada palabra, tanto vosotros mismos como vuestra pareja.

La clave del éxito es ir poco a poco. Lo primero que debemos preguntarnos a nosotros mismos es: ¿me siento cómodo diciendo o escuchando «palabras sucias»? Es posible que al principio nos suene falso o forzado lo que decimos, pero si poco a poco vamos subiendo el tono, podemos cogerle el gustillo al dirty talk.

Sobre todo, no olvidéis que cada persona es un mundo. Lo que a unos les resulta super excitante, a otros puede causar rechazo, por lo que no pasa nada si probáis el dirty talk y os dais cuenta de que no está hecho para vosotros. Esta práctica no tiene porqué gustarle a todo el mundo, ¡y no pasa nada! Lo más importante es que no os sintáis forzados a hacer o, en este caso, decir cosas que no os gustan.