zonas erogenas

10 zonas erógenas con las que jugar

¡Hay vida más allá de los genitales! El cuerpo es una fuente de inspiración y placer infinito, ¿por qué limitarnos siempre a las mismas sensaciones? Poseemos un mapa de zonas erógenas muy interesante con el que experimentar y estimularnos. ¿Quieres erizarle la piel a tu pareja? ¿Te atreves a sentir un deseo incontrolable con solo una caricia? ¿Deseas romper con la rutina y las prácticas de siempre? La respuesta está en vuestra piel. Atiende al siguiente listado de zonas erógenas y descubre una nueva forma sutil a la vez provocadora de conectarte con la otra persona.

 

1. El cabello.

Un masaje en la cabeza jugando con el cabello puede convertirse en una experiencia de lo más erótica. Lo ideal es hacerlo de forma lenta y suave. Progresivamente, se puede incrementar la intensidad e incluir algún que otro tirón de pelo excitante.

2. Las orejas.

¿Quién puede resistirse a unos suaves mordiscos en el lóbulo? Si además susurramos unas pícaras palabras al oído, el deseo y la imaginación se multiplicarán por mil.

3. La boca.

Podemos jugar con los labios de nuestra pareja de muchas formas. Tocándolos suavemente con los dedos; repasándolos con la lengua como si aplicáramos un pintalabios, mordiendo o succionando uno de ellos…

4. El cuello.

Se trata de una zona altamente estimulante, tanto sutil como salvajemente. Con la lengua y los labios podemos jugar a lamer o succionar el cuello, incrementando progresivamente la velocidad y presión. También podemos probar experiencias de dominación y sumisión sujetando con una mano el cuello de la otra persona y ejerciendo algo de fuerza (siempre con el consentimiento mutuo y sin exceder los límites de peligro).

5. Los pezones.

No sólo son un punto de placer femenino. Masajear los senos de forma adecuada puede ser una práctica enloquecedora para la mujer, pero centrarse en los pezones es también muy estimulante para el hombre. Pellizcar, morder, lamer… ¡Deja volar tu imaginación!

6. El ano.

Otra zona de placer tanto para él como para ella. Ambos pueden conseguir increíbles orgasmos a partir de su estimulación ya que es una zona muy sensible. Una manera de experimentar con esta zona es con juguetes eróticos como los plugs y tiras anales.

7. El punto P.

Quizás no es tan conocido como su variante femenina (el punto G), sin embargo es su equivalente en el cuerpo del hombre ya que es la zona de clímax masculino. Nos referimos a la próstata, situada en el interior del recto. Se puede estimular desde el interior (por ejemplo introduciendo un dedo o dildo) o desde el exterior (acariciando con intensidad el perineo). Para empezar, una opción es estimular la zona con la lengua, comenzando en el escroto y bajando hacia el perineo. ¿Conoces los prostáticos?

8. El clítoris.

Sin duda es uno de los puntos de la mujer más excitantes. Prueba a acariciarlo suavemente con los dedos o lengua en forma de círculo. Mantén la intensidad y ve aumentando la velocidad.

9. La espalda.

Un masaje a lo largo de la columna vertebral puede resultar muy excitante. Pueden utilizarse aceites para que la experiencia sea mucho más estimulante en todos los sentidos: olor, temperatura, tacto…

10. Los pies.

Dicen que en ellos se concentra el control de todos los puntos del cuerpo. Lo cierto es que en el sexo, son un símbolo fetiche a lo largo de la historia. No sólo podemos estimularlos con un masaje manual, sino también con la lengua.

En definitiva, si nos dejamos llevar por el placer, olvidamos todo lo demás y nos centramos en el ‘aquí y el ahora’ podemos alcanzar el orgasmo estimulando cualquiera de las zonas erógenas de nuestro cuerpo. Un caricia desde la palma de la mano hasta la axila, si ambas personas están conectadas por la pasión, puede ser mucho más estimulante y excitante que una masturbación realizada con apatía…